EL ALPINISTA
- Alexandro Martinez
- 17 sept 2019
- 2 Min. de lectura

Caleb era un hombre de cuarenta y cinco años cuando Dios le dijo que la tierra
que había pisado sus pies se la entregaría a él y a su descendencia, luego pasaron cuarenta años hasta que sus ojos nuevamente observaron la tierra por segunda vez, entonces Caleb se acordó de la promesa que Dios le había realizado en la cual el se comprometía a darle como herencia el monte de Hebrón, la altura de este lugar es de aproximadamente tres mil pies por lo tanto a los ochenta y cinco años de edad Caleb debía convertirse en el más osado de los alpinistas, no solamente enfrentaría el reto de los enemigos que allí residían también tendría que lidiar con el terreno rocoso y las inclemencias del tiempo la tarea no sería sencilla el esfuerzo seria la orden del día para conquistar el lugar deseado.
Al igual que a Caleb Dios nos lanza a nosotros retos que parecen imposible de alcanzar,
tendremos montañas que conquistar, ejércitos que vencer y situaciones difíciles e inesperadas que enfrentar pero en cada una de ellas Dios nos brinda las herramientas espirituales correctas para proseguir escalando hacia la cúspide de nuestra montaña, para Caleb su conquista significo la estabilidad de su familia, el poder ver a sus hijos casarse y procrear sus nietos y habitar en una tierra donde la bendición de Dios era de abundante, todo esto porque le creyó a Dios en contra de todo pronóstico humano y no permitió que las circunstancias externas desviaran su mirada de aquel que le había dicho que ese monte le pertenecía.
La biblia está saturada de promesas desde su inicio hasta su final y está de nuestra parte el creerlas y apoderarnos de ellas.
Algunas de las promesas de Dios para nuestras vidas:
Hechos 16:31 “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”
Cuando oramos por nuestros familiares y seres queridos Dios se compromete en tratar con sus corazones para que sean salvos por su gracia
Salmo 37:5 “Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará”
Cuando depositamos nuestros asuntos personales en sus manos el acomodara cada cosa en su lugar para que todo obre para bien.
Filipenses 4:19 “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”
El abrirá las ventanas de los cielos a nuestro favor y traerá nuevas bendiciones que satisfarán nuestras necesidades personales.
Cuando le creemos a las palabras que nos dirige Dios, siempre contaremos con la herramienta más preciada para los alpinistas “La cuerda de seguridad” esta la podemos comparar con la ayuda y protección que nos brinda el Espíritu Santo en todas las escaladas de la vida, ofreciéndonos los más preciados tesoros de la sabiduría infinita de Dios para que en cada una de las decisiones que en la trayectoria de nuestra conquista tomemos redunde en el cumplimiento de los propósitos eternos de Dios para nuestras vidas.
Shalom “cristo viene pronto”
¡Sigamos honrando a Dios!
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